Monday, August 08, 2005

Me derrito en tu boca


El pasado 2 de Agosto (día que prosiguió al 1 de Agosto y que antepuso el 3 de Agosto) alquien me dijo que se cumplían 66 años desde el día en que Einstein y sus secuaces le chismotearon al entonces presidente de EU que los nazis empezaban a mezclar el cacao con el azúcar prieta para crear el más fino chocolate de la historia.

De inmediato Roosevelt dió ordenes para que se iniciara el proyecto Cheweller, que buscaba producir un chocolate que dejara el de los nazis en un nivel muy por debajo.

De inmediato todo un proceso de arduos trabajos se iniciaba, por primera vez, por intereses políticos y económicos, las matématicas se rebelaron y secuestraron a la física y el 3.14, luego éste último dió el golpe hacia atrás atentando contra la vida de las ecuaciones lineales por lo que terminaron negociando, prosiguiendo asi con el proyecto Cheweller.

En el transcurso de seis años se gastaron 2 mil millones de dólares, pronto aparecieron las mentes más brillantes de la industria del cacao, el uranio y el azúcar destacándose la participación del Sr. Robert Gopenheimer quien había sido respostero en una vieja tienda de bizcochitos y biscuits al sur de California.

El estrés de hora hora en base a cafeína, nicotina y dos o tres fórmulas solo vistas en t.v. o en un vistoso collage posiblemente llamado "Everything not for dumbass" llenaba la atmósfera laboral. Se estimaba que el cacao importado de Centroamerica (especialmente el de Guatemala) sería el ideal para crear el chocolate más fino y delicioso del mundo así que en cuestión de días la bandera americana se enterraba en numerosas fincas "rentadas" en las afueras de Ciudad de Guatemala y luego mas tarde en el resto de Centroamerica, Suramerica y El Caribe.

Testimonio

"Yo uso un molino viejo eléctrico para moler las semillas antes de agregar el azúcar. En el pasado las mujeres molieron el cacao con una piedra. Sin embargo, aún con la adición del molino, el proceso de fabricar el chocolate cuesta mucho."

Gopanheimer logró alcanzar el perfecto equilibrio entre los tres ingredientes más importantes y la moral de más de 103 mil personas, y así por fin Cheweller alcanzaba su próposito: crear el chocolate más fino y delicioso del mundo.

Es entonces para un día como antes de ayer, 6 de Agosto (día que antepone al 7 de Agosto y prosigue al 5 de Agosto) 66,000 personas desaparecen en a penas 1 segundo degustando el más dulce y el más suave y el más delicado y más exquisito y el más dulce y el más suave y el más delicado y más exquisito chocolate jamás preparado en la historia.

-Soy la muerte, el destructor de mundos
-No Sr. Oppenheimer, mas bien somos unos hijos de p***


1 comment:

Anonymous said...

una metafora cacaotica, para algo caotico, no era necesario haberlo hecho, el genocidio mas grande de la historia y nadie termino en la carcel... quizas porque no hubo medio judio muerto... no fue suficiente con el fruto cagado por el Enola Gay, a los tres dias despues los volvieron a joder... sin contar las bombas incendiarias espacidas a lo largo de tokio que exterminaron bastante... Asi es el mundo en que vivimos...