Friday, November 12, 2010

Fire: en bus a Nueva York

En el mes de agosto fui con una tía de vacaciones a la ciudad de Nueva York y por un instante creímos que íbamos a morir.

 Vacacionar consiste en dejarse perder entre los encantos ocultos de lo desconocido, pero aquel terminó siendo un viaje reflexivo ligado al peligro. Viernes tres, cuatro de la tarde. El día está lluvioso y mi cabeza nublada. Me encuentro haciendo tiempo en una de las salas de internet de la Biblioteca Principal de Cambridge en Boston. Mi tía y yo acordamos encontrarnos a las cinco. Media hora más tarde voy de regreso en bicicleta a tomar una ducha y recoger el equipaje. Nos encontramos en el Central Square como acordamos, hacemos varias transacciones con el cajero automático de un banco y el humano de un Dunkin Donuts en la Mass Av., para desde allí tomar la línea roja del metro, cambiar a la verde y llegar hasta la estación MBTA, donde con suerte abordaríamos el bus de las 6 con destino a la Gran Manzana. Y así mismo fue. 

Soyy de las personas que disfrutan del trayecto de sus viajes. Normalmente exijo asientos con ventana en los aviones para solo ver nubes, y montañas desde autobuses. Fung Wah ofrece un servicio de transporte económico, pero ¿además seguro? Mi tía me pide el asiento con ventana y yo cedo; tal vez intercambiamos en la parada de descanso en Connecticut. 

Ell viaje va muy bien. Ya ha transcurrido una hora y continuamos el descenso hacia el Empire State por la Interestatal 95. Mientras tanto, yo y mi tía hablamos de la familia y recordamos nuestro último viaje juntos a Nueva York ocho años atrás, porque aquella fue una historia para recordar y porque conducir perdidos en Manhattan durante horas con tremendo aguacero y sin GPS buscando la salida hacia Nyack para terminar durmiendo metidos en una van, resultó en aquel momento ser, simplemente, demasiado, ¡emocionante! Y después de hablar y recordar descubro casi por accidente que tienen wi-fi en el bus. Me conecto para desconectarme; mi tía también se conecta y me muestra las fotos colgadas en Facebook de su visita a Haití después del terremoto y antes del cólera: una triste realidad. 

Transcurre el tiempo. Tal vez con suerte logro cerrar los ojos por un instante. De repente el bus empieza a detenerse; tengo la sensación de estar en mi país. ¿Qué pasa? El chofer abre la puerta y permite la entrada a un hombre uniformado, un policía. Ya entiendo. El policía fue quien ordenó al chofer detenerse. ¿Para qué? Trato de encontrar la respuesta en la cara de mi tía y los demás pasajeros pero solo logro confundirme más. No entendemos what is going on here. "You sir, stand up and please follow me", le ordena el policía a un pasajero ubicado en las primeras filas de asientos. Mi tía y yo los vemos desde atrás. ¿Pero y qué fue lo que yo hice oficial? "I haven't done anything wrong…" a lo que el policía responde: "You know what you did. Come with me". Y en medio de aquella escena nos encontrábamos todos, mirándole la cara al pasajero sospechoso y al policía; tratando de entender lo que sucedía. Seguramente este pasajero hizo algo malo. De la víctima no sabemos mucho, pero es aquel que está sentado al lado del tipo que se quieren llevar preso. Luego nos enteraremos que fue el denunciante quien realizó la llamada al 911 desde su teléfono móvil para hacer la denuncia: acoso sexual, sobadera.

 La víctima habría sido muy específico al reportar el incidente, porque el policía supo qué bus debía detener, entre tantos; y a cuál pasajero debía llevarse, entre muchos. El acusado de acoso tendría unos sesenta años de edad, vestía saco y corbata, llevaba sombrero y maletín, y en otro momento de la historia lo veremos fumando una pipa, como aquellos ejecutivos que disfrutan de sus viajes de negocio. Y si bien era cierto que su vestimenta le daba un aspecto de viajero amistoso, también lo era el hecho de que ahora lo veíamos con cara de perdedor avergonzado y sin palabra. Pero tuvo suerte. Y en vez de ser llevado por el policía, el infractor encontró su buen samaritano, otro pasajero, de color, que pasó a la historia con la siguiente frase: "I can switch with him, officer".

El acusado de acoso y el hombre de color intercambiaron asientos. Y resuelta la situación, el agente dice adiós, mientras reitero mi percepción de que Nueva York es una ciudad interesante por muchas razones.

 Afuera está oscureciendo. Me encuentro recostado escuchando repetidamente la canción "Missing the Light of the Day", de Air: una genialidad deprimente. Han transcurrido tal vez quince minutos después del episodio entre el policía y los pasajeros, cuando de repente el chofer empieza a detener el bus nuevamente. ¿Y ahora qué pasa? ¿Qué es lo que dicen los de atrás? Los pasajeros de las últimas filas buscan algo detrás de los cristales, ¿habrán visto un accidente? What the fuck is happening now es la actitud. Y entre el desconcierto, la duda y la desesperación del que no sabe lo que se aproxima pero sabe que no es bueno, aparece el humo que viene desde el motor ubicado en la parte trasera del bus.

  Fire!, grita una mujer. 

Y fue a partir de aquel momento cuando el pánico hizo con nosotros aquello que suele hacer con la gente cuando cree que se va a morir; aquello altamente contagioso que suele incrementar el número de víctimas en situaciones de emergencia y que generalmente se acompaña de empujones, pisones, jalones y dolores de cabeza.

 "Oh my God, the bus is going to explode", grita una mujer en medio del corredero y el descontrol en aquél sálvese quien pueda. Y por un instante creímos que íbamos a morir. 

El humo te puede desmayar, el fuego carbonizar pero una explosión te hará volar en mil pedazos. "Go go go go go!", me decía el pasajero que iba detrás con voz de juguete desprogramado. Pero no hubo explosión. 

Todos logramos escapar del peligro y ya estamos a salvo, fuera del bus, en la autopista. Y justamente en aquel momento fue cuando nos topamos con la pasajera de rasgos asiáticos, que si no hubiera tenido aquella cara de espanto hubiese dicho que es una de estas mujeres de las que disfrutan de sus viajes de negocio. Iba caminando en el borde de la autopista como si anduviese perdida. Mi tía la abraza para consolarla. "Everything's alright", le digo sintiendo algo en el corazón, Really? me responde mirándome a los ojos, como si le hubiese dicho que podía ver luego de una ceguera en cuarentena y Saramago. 

Aquel pareció ser un momento de gloria y fue bajo esa llovizna en medio de la nada cuando sentí que contaba con la protección de una fuerza mayor; tal vez sea Dios. Y tal como en las escenas de las películas gringas, aparecieron de repente los bomberos entre las luces de la autopista, vistiendo pesados uniformes, llevando sus linternas y precisas instrucciones. 

Lo primero que hicieron los bomberos fue cercar el área fijando el perímetro establecido en el protocolo. La joven de rasgos asiáticos está más tranquila y ahora todo lo que nos dice lo acompaña de una sonrisa nerviosa, seguramente porque después de creer que moriría, habría recapacitado y recordado que por el simple hecho seguir viva tenía razones para estar feliz. 

Miro hacia mi izquierda y veo dos bomberos intentando darle una instrucción al chofer del bus, que de paso no habla inglés. A mi derecha está el acusado de acoso fumando su pipa, como el que disfruta de un viaje de negocios. El acusado de acoso le ofrece con natural cordialidad una sombrilla a la muchacha de rasgos asiáticos, ella acepta. Todo ahora parece bajo control. Un pasajero nos cruza y pregunta si hemos visto su equipaje perdido. A mi tía le falta un zapato. Todos ahora nos hacemos la misma pregunta: ¿Cuándo llegaremos a nuestro destino? ¿Cómo llegaremos a Nueva York? 

La pasajera de rasgos asiáticos ahora sirve de traductor del chofer que no habla inglés, tal vez sea china: "He says there's another bus in its way and it will be here in about an hour".

 Ya no hay humo. Los bomberos se marchan. "You guys can wait inside the bus", nos dice el último en despedirse.

 Adentro del bus todavía huele a quemado, pero el Wi-Fi sigue intacto. Aprovecho y subo a Facebook una foto que hice con mi teléfono móvil. En ella se muestra parte de lo acontecido. Mi tía y yo nos entretenemos leyendo los comentarios que mis amigos en República Dominicana iban dejando:
  - “¡Les cabe demanda por el susto y el daño emocional!” 
- “Vamos a buscarnos un par de pesos”
 - “Oye pero si fuera aquí uno le entra a bejigaso al freco y se lleva el secreto a la tumba” (refiriéndose al acusado de acoso).
 - “Yo me imagino esa vaina, siempre hay una doña que se pone mala” 
- “Primo, esta es una buena oportunidad para hacerte rico… ” 

Durante aquella espera mi tía recibe varias llamadas y envía algunos mini mensajes. Llega el siguiente bus y el resto es otra historia.

 Domingo cinco de agosto, ocho de la noche. Mi tía y yo estamos de regreso a Boston. Ninguna novedad acerca del bus que nos llevó de regreso. No es necesario mencionar que para el viaje de retorno optamos por utilizar el servicio de otra compañía de transporte diferente a Fung Wah. 

 Nueva York fue una experiencia a todos los niveles. Las mochilas están ahora más pesados. ¡Y adivinen! Nos encontramos con la misma pasajera de rasgos asiáticos que iba con nosotros en el bus de ida. ¡Increíble! Y allí, mientras nos desplazábamos en el subterráneo, ella, sosteniéndose en uno de los tubos del tren para lograr equilibrio, nos contó sobre sus días en Nueva York. Le fue muy bien. Tuvo una reunión con un cliente el sábado en la mañana y se pasó el resto del fin de semana en casa de unos amigos… como una ejecutiva de las que saben disfrutar de sus viajes de negocio. Yo volví a Santo Domingo al día siguiente y no me hice millonario. 

Hoy mi tía me pregunta cuándo será nuestro próximo viaje juntos a Nueva York pasada la pandemia. 

Sunday, October 24, 2010

Pongamos un niño a jugar en el parque.




Mi flor, yo quiero explicarte, acepta mi invitación a un mundo fascinante.

Es por causa de tu perfume natural y mirada penetrante, que me nacen pensamientos y pulgadas electrizantes.
Desabrócha el cinturón,
suelta la preocupación,
que yo te quito esa penúmbra que no encuentra solución.

Mis intenciones son sinceras,
mis palabras van directas,
es mi voz que te atraviesa y ya controla tu sistema, sensorial, como un Inception magistral,
que penetra a través de tu orificio auricular.

Mi Flor, mi corazón, yo quiero picarte, y que pongamos un niño a jugar en el parque...

Saturday, April 10, 2010

Un orgasmo en tiempos de escasas estimulaciones



Empecemos diciendo que quien protagoniza esta historia es una mujer que trabaja en las oficinas de una cadena de supermercados. Posee algún cargo que requiere el uso de uno de esos dispositivos electrónicos que registran y procesan datos y compromisos con gran rapidez y exactitud, y que además de ser un recurso valioso para la filial de una multinacional, tiene también el cargo de llevar la vida de una mujer soltera.

Vuelvo y digo, no todo para ella es el trabajo. Durante el día la mujer disfruta ir al gimnasio y hacer compras con descuentos por internet; de noche visita bares y restaurantes.

Jueves por la noche. La mujer se dirige a un encuentro social.

Tuvo una tarde difícil. A nuestra mujer le tocó confeccionar unos slides en power point para presentarlo el día siguiente al comité directivo de la compañía. Se trataba de unos slides rellenos de argumentos numéricos que la ayudarían a justificar un presupuesto de varios miles de dólares, con la promesa de retornarle a la empresa un porcentaje razonable, sin entrar en muchos detalles. Lo hizo. Pero la pobre mujer está muy agotada. Necesita botar el golpe; así que luego de revisar por enésima vez el documento, le marca a una amiga para preguntarle si tiene ánimos de salir a dar una vuelta:
- "Amiga, Vamos para Hard Rock Cafe".
- Aprobado amiga!


Bien. Son las seis y la mujer ya salió de la oficina. Se encuentra haciendo diligencias dentro del perimetro de 10 km de distancia en la que normalmente cada persona desarrolla la mayoría de sus actividades. Pasó primero por Multicentro a comprar comida saludable, y aprovechó y cruzó por Press To para recoger una ropa que había dejado para lavado en seco.


Adelantemos un poco la historia. La mujer ha llegado a su apartamento. El silencio que había entre aquellas paredes fue roto por el ladrido de un Yorkshire con nombre de artista. La mujer saluda al perro y pone cada cosa en su lugar, como de costumbre. Llama por teléfono y envía mientras arregla las uñas.

Luego de alistarse sale y conduce hasta llegar a un parqueador borracho en la calle Isabel La Católica. Hace la seña de siempre y camina acompañada del viento de la olvidada zona colonial hasta llegar a uno de los establecimientos de la cadena mundial de restaurantes Hard Rock Cafe.


Casi me olvidaba decirles que la salida de nuestra mujer sin nombre tiene un concepto adornado de cumpleaños. Se trata del aniversario del Sr. Perez, quien además de tener apellido y estar de cumpleaños en esta historia, tiene la responsabilidad de supervisar las operaciones de un departamento aburrido en la misma empresa donde trabaja la mujer. El Sr. Perez es un tipo trabajador que a pesar de estar cumpliendo los 43 sigue dotado de un nombre que mantiene la capacidad de convocatoria, como diría Alberto Fuguet.


La mujer ya está dentro del restaurante y busca su gente, su cumpleaños, su entretenimiento. La música que ahora suena es en vivo y está a cargo de la cover band conformada por los cuates que tocan todos los jueves desde HRC Punta Cana hasta el HRC Santo Domingo, sin escalas. Un juego de luces montado sobre el escenario sorprende a la oscuridad que se guarda entre las mesas y las sillas del restaurante.

El volumen de la música Rock que se toca esta noche en el restaurante le entorpece los sentidos a una mujer que empieza buscar cómo perderse, para entonces encontrarse. La música se pone más intensa. Los cuates tocan ahora con más fuerza. La mujer llega hasta el fondo del restaurante, justo al final de la barra, para ser más precisos. La mujer recibe un minimensaje que le envía su amiga: "estamos arriba en el lounge".



Entonces para la mujer lo demás fue aquello que le trajo la noche y todo lo otro que se pudo haber añadido.

Después de la segunda copa, y como por obra de alguna fuerza sobrenatural, la mujer se levanta de los sillones del lounge, y se acerca a la ventana con vista hacia el Parque Colón. Entonces fue justamente en aquel momento, que tocando el cristal frio del bar, y perdiendo la mirada entre las luces amarillas del parque, cuando sintió por primera vez en aquella semana que su vida tenía verdadero sentido. Y aquel sentimiento profundo y reflexivo, de satisfacción incalcubale, fue para la mujer lo mejor del día: Un orgasmo en tiempos de escasas estimulaciones.
 
 
 
 
 

Friday, March 19, 2010

PROTESTA


La protesta es una actividad física que por lo general se practica al aire libre y busca llamar la atención de los Funcionarios de Alto Rendimiento (FAR), regular los dinámicos Fondos del Estado (FE), dispersar las efectivas Fuerzas o "Fieras" Armadas (FFAA), y desplegar los sensacionales Medios de Comunicación (MC).

Al final de una protesta suele resultar un ganador, un pueblo más reprimido, una poesía, una ciudad más sucia, o un tiempo extra de protesta.

Imagen por Careblock

Monday, March 08, 2010

Quoting Damon Albarn

"Your love's like rhinestones, falling from the sky
with future pixels in factories far away"

rhinestone eyes,
Gorillaz
plastic beach (Track 4)
2010

Thursday, March 04, 2010

Por ahí viene Fito

"Tranquila mi vida, que tú sabes que yo sí te quiero. Yo soy un hombre que no agarra el amor, porque yo dejo al amor ser lo que quiera ser".
Y con el mismo tonito de voz continuó: "... yo al amor lo dejo nacer como nacen los días, yo al amor lo dejo crecer como crecen las plantas y como crecen los niños. Escucháme bien mi amor: mientras yo te quiera yo no dejaré de quererte".
"Ahora sé que ya no podré vivir sin tu amor", ella respondió.

Entonces después del amor, el hombre y la mujer tuvieron un hijo. Y después de todo ese amor y de haber tenido un hijo, el hombre y la mujer perdieron el amor.

El arte de la comunicación

¿Qué fue lo que hizo?
El tipo eliminó 2 párrafos del último texto que publicó.

¿Y finalmente?
Todo se aclaró. Los hombres y las mujeres se pusieron de acuerdo, y una importante ciudad tuvo una gran celebración.

Monday, February 22, 2010

¿¿MERECE AVATAR ganar el Oscar a MEJOR PELICULA?? (colaboración de J. 'Mystery' CASTRO)

Efectivamente. La película, por lo menos en la trama y las actuaciones, es solo adecuada, cumpliendo con su objetivo, sin excederlo. Pero hay que reconocerlo, Cameron es lo que podríamos llamar un “Master Storyteller”, un narrador excelente, y aquí es donde la peliculita ésta se roba todo el espectáculo. Tiene la grandilocuencia de los blockbusters de Hollywood (Armageddon, Transformers, 2012, Pirates Of The Caribbean, Spider-Man), pero el director le confiere un aire de retrospectiva, de contemplación, de belleza natural sin pretensiones. Esta película rescata el estilo de largometrajes como Ben Hurt, Cleopatra, Gone With The Wind, Guns Of Navarroe, etc., donde Hollywood se tomaba su tiempo para crear algo espectacular, aunque no necesariamente revelador.

Y digo otra vez, si nos vamos a lo técnico, al cine como arte, al cine como forma de expresión, debe ganar Precious. Pero Precious es simplemente excelente.

Avatar logra algo mayor. Rescata al antiguo cine de Hollywood. Rescata a Dr. Zhivago, a Metropolis, al famoso Viaje A La Luna (aquél corto famosísimo, en blanco y negro, viejo, donde una expedición va a una Luna con rostro), a The Sound Of Music, a West Side Story, a The Day The Earth Stood Still (la original, no la defecación protagonizada por Keanu Reeves), a They Came From Outer Space, a Krull, a Labyrinth, a The Dark Crystal, a Neverending Story, Spartacus…

Avatar rescata a Ray Harryhousen y su saga de The Voyages Of Sinbad.

En fin, Avatar rescata ese mundo de ensueño que se ha perdido en los cortes de cámara vertiginosos, explosiones sin sentido, disparos, violencia, softporn, cataclismos aburridos, alienígenas que no se entienden, robots, piratas, héroes sin mensaje, persecuciones sin coyuntura, etc.

Gracias, Cameron… Jimmy… por darle un respiro a ese gigante que tiene más de veinte años durmiendo. Cameron dijo, cuando vio Lord Of The Rings, que ya era hora de hacer Avatar. Las cosas buenas solo traen lo bueno. Así que también gracias, Peter, por crear la trilogía de la década, y ser el emisario de unos extraterrestres azules con cola de gato, que le han dado la vuelta al mundo con un mensaje ecológico, más importante ahora que nunca.

Monday, February 15, 2010

Juan Pérez


Y así le llamé al hombre que tuvo la cachaza y la cara dura de hablar sentado en un McDonald´s acerca del fin del Capitalismo, como si se tratara de una papa frita. Para un intelectual, Juan Pérez podría ser una versión de versiones y entre versiones; para un poeta la musa del día; para un redactor, podría ser la personificación perfecta de innumerables verbos conjugados incontables veces en sus crónicas caribeñas; mientras que para Dios Juan Pérez podría ser la oveja que sueña con volar hasta la tierra prometida para vivir con abundante miel y abundante leche sin saber ingenuamente que lo que come es hierba procesada.

Durante el día Juan Pérez es el pragmatismo típico y genérico que se puede encontrar en cualquier supermercado, mientras que de noche sale vestido con los ideales de hombres de largos fusiles y apretados pantalones.

Juan Pérez podría ser o parecer muchas cosas, pero poseía talentos muy particulares y únicos, como por ejemplo el de trabajar duro todos los días para comprar un marbete todos los años y así poder transitar toda la vida entre muchos carros de lujo y muchos niños con hambre.


Monday, January 25, 2010

Dare to dream


Trujillo estaba al punto de darme un tiro cuando ring-ring el teléfono, abro los ojos y miro la hora, son las nueve, me levanto con el pie derecho apostando ser Mr. Brightside este Sunday Bloody Sunday, agarro mi taza dare to dream, pongo el café, luego me sirvo mientras abro con la misma determinación de un navegante perdido para con su brújula la edición tecnológica del periódico El Día, escrito en minúsculas o mayúsculas, who cares. Estoy buscando información de importante valor humano para regresar al mundo que había entregado a cambio de escenarios imaginarios sobre conspiraciones, balas perdidas y relámpagos. ¿6 horas de sueño profundo? Quizás. China, ni lejos ni cerca, protagoniza la edición tecnológica, im happy, que fresquito hace en el balcón, "Minister of Exteriores de China says: a EEUU que dejen de estar fuñendo tanto, ya esta bueno. Nosotros sabemos muy bien cómo controlarle el internet a nuestros usuarios. Si hackeamos Google entonces hackeamos Google y punto. Si no quieren que a su gente les falte piezas de computadoras, juguetes, artículos de caza y bicicletas, jardines armables, ropa, muebles, televisores, videograbadoras, pescado y mariscos, jugos congelados o carne roja entonces mejor dejen el sofoque con los medios". Que alivio, que paz, con ligereza y sin frustración ahora me estoy rascando el ombligo con el índice izquierdo mientras le enseño los granos a una nube con forma de sirena, getting-in. Estaba de vuelta a la tierra en cuerpo y mente, ¿y el alma? el alma no. Solo necesité leer aquella noticia para volver a poner mi cabeza a funcionar con el modus operandis del pensar contemporáneo deduciendo la preocupación manifestada por la Chevrolet al notar que los vecinos de la Toyota le han superado recientemente en cantidad los usuarios sobre la autopista de la información, y que esto significaba una alerta roja para el Imperio por muchas razones expuestas por analistas económicos independientes e historiadores del History Channel. Google solo fué el argumento para desatar el chisme. China must be a menace. ¿Noticia tecnológica? No. ¿Estoy ahora informado, con los pies sobre la tierra y feliz? Si. ¿Engañado? Google it.

Sunday, January 17, 2010

diario de un estudiante de Mercadeo



No fue solo por la suerte de los algoritmos del sistema computarizado de selección de materias que fui a parar en aquella clase, sino porque señores, los números al final son los que nos arrastran hacia nuestro destino.

Es el primer día de clases y estoy entusiasmado porque la profesora aparenta ser excelente aunque no lo sea. La energía y el entusiasmo con que ella entrega el conocimiento hace de la clase algo muy entretenido.

 La profesora nos habla de la fijación de los objetivos del programa de comunicación, haciendo énfasis en que éstos debían comunicar un mensaje específico y dirigido al mercado objetivo.

¿Todavía quieres saber un poco más de la profesora? Hija del medio. Luchó desde la infancia para ganar la atención que le robaba el primogénito y la hermana de un año más jóven. Durante su adolescencia se destacó por adquirir calificaciones que hacían feliz a una madre banquera. Llegó a ser la presidente de la promoción, y se graduó sin sospecha alguna de saquear los ahorros de los demás estudiantes. Ganar-ganar le gustaba decir. Bonita, graciosa y divertida. Puntual, organizada y sociable. ¿Y a mi que fué lo que más me impresionó de ella? Pues la forma de hablar y usar el etcétera-etcétera durante clases... nunca mal usado, nunca para disfrazar el olvido.

Excelente.

Yo pagué esos créditos, así que luego de recibir instrucciones pedagógicas me puse a trabajar. Escribía los ojetivos del programa de comunicación que llevaría un plan de publicidad y promoción. Todo hipotético, claro.

Seguimos la clase. Nada del otro mundo.

De lejos escuché que se comentaba la noticia de que han prohibido a la industria del tabaco hacer uso de la publicidad, y seguro que sí, me dije, porque tengo tiempo que no veo los palitos del cáncer sobre un exterior, y mucho menos los vi maquillados en la televisión.

Me reintegro a la clase comentando: "¿Será que han puesto esta ley porque fumar en estos tiempos es mucho más dañino que antes cuando permitían fumar hasta en los aviones? Es que esto parecce como que gracias a la Ley del Control del Tabaco la gente de hoy vivirá por más tiempo". Es una lástima que todavía más de 1,000 millones fuman de manera activa en todo el mundo.

¿La enseñaza?
Definición y ejemplificación de publicidad universal o publicidad enlatada; uso de la voz en off en comerciales enlatados, y lo bonito que son los comerciales de la Coca Cola, que también vienen enlatadas.

Siempre en las clases de marketing, tanto estudiantes como profesores hacen comentarios, muchos comentarios y anécdotas, toman además de ejemplo a Juan Perez. Antes, los esfuerzas publicitarios resaltaban los atributos reales de los productos para alcanzar la razón del comprador; hoy en día la publicidad buscan conectar con el corazón del consumidor a través de una conexión motivada con el producto.

Pero vuelvo: ¿Se imaginan vender atributos de un producto que mata 10 millones de personas al año?

Pienso que la industria del tabaco no se vió afectada por la nueva Ley del Tabaco. Tampoco creo que la prohibición de la publicidad pondría tímido a Phillip Morris. Los fumadores siguen fumando; los no fumadores a veces pasan a ser fumadores; y los fumadores y no fumadores siempre terminan muertos.

Y la clase terminó.


Imagen http://99problems.org