Sunday, April 12, 2009

Cosa buena de ல vida pt 1



A ella le encanta Depeche Mode y disfruta de combinar armónicamente los colores bajo el criterio de ¨temporada¨ al momento de vestir, mereció ser descrita en tiempo pasado. Sonreía de manera despreocupada y parecía dominar la telequinésis de utilizar sus sentidos para levantar y sólo guardar aquellas palabras y colores que verdaderamente consideraba importantes o interesantes, sin jamás querer olvidar que dominaba al mundo con su mirada y sus curvas y que sus huevos se cotizaban cada vez más después de cada amanecer y anochecer, aunque a veces, se ponía a pensar en que envejecía, y era entonces cuando imaginaba su muerte, sintiendo en ocasiones cierto tipo de orgullo al reconocer que no le importaba dejar legado alguno cuando ya estuviese entre gusanos. Estas cosas las pensaba entre sábanas y calmantes, con el teléfono celular en carga y sus cremas abandonadas en el fondo de una cartera que alguna amiga ¨materialmente útil¨ le sugirió alguna vez comprar, pero que en el fondo, no precisamente le gustó aunque sí le funcionó.

La invité a mi fiesta y aceptó, apartandose de sus vouchers y tirándose a la aventura, porque ya había aprendido a esperar lo mejor de lo no esperado y sabia del triste y del vacío que podría encontrarse su vida. Ella podía ver y analizar este tipo de cosas con impresionante rapidez. Le aburría acordarse de cosas como que sus ojos acumulaban cierto número de pestañeo diaramente; otras cosas, como esto de que los días no eran más que un interminable pasar del tiempo le aterraban un montón. Ella era de estas buenas muchachas que esperan llamadas en horas casi programadas, para escuchar lo mismo y para decir lo mismo también, como si hacerlo fuera parte de su trabajo. Se había vuelto nivel ¨intermedio¨ en lo que yo llamo la "búsqueda del anticonvencionalismo" para así poder enviarle un mensaje profundo y complejo al resto del mundo y de la humanidad: todo al final era cuestión de ¨salir volando¨. Con frecuencia, según me comentaron, se le escuchó melodear canciones que escuchó cantar a su madre cuando a penas era una niña y su madre todavía tenia las fuerzas necesarias para operar los asuntos domésticos y soportar los ¨utilities¨. Su madre ya no cantaba, pero empezaba a ser finalmente comprendida por su única hija y único amor, y esto le aportaba felicidad, a ambas.

A ella le gustaba Depeche Mode aunque ya había renunciado al efecto alienante que se desprendia en todo azul que cambia a negro, y a la melancolía que llevan esas canciones de trova que le olían siempre a vino, libros y ceniceros, ahora era una Amelie cualquiera, en busca del brillo que muchas veces encontraba detrás de las orejas del cielo, o en la última nota del ladrido de un perro callejero, o en la sonrisa de su tia abuela, o quizás en un amanecer, o en su nueva dieta: era todo un simbolo de admiración!

Ella, como todas, también tenía sus días. Su novio, de la paz, de la tranquilidad (seguridad), y de todo su amor sabía tratarla o manejarla (o maniobrarla) aún mejor que como maniobraba la transmisión de su carro europeo en estado ebrio, sabía que en esos días debía ser más dulce con ella, y con las demás. Su lavamanos, su control remoto y su almohada la querian más en estos días. El mundo le era difícil, lo difícil se le volvía un mundo, pero de alguna manera, yo la veía cada vez mejor, haciéndose cada vez más fuerte e independiente.

A ella le gustaba Depeche Mode, y anhelaba una muerte tranquila y segura a mi lado, de quien también construyó su propia historia y que tal vez nunca llegue a compartir.

foto por careblock (2009)

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